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La industria de Pájaro bobo

actualidad

Futura definición de espanya

De acuerdo con las pesquisas realizadas por Pájaro bobo, cada uno de los integrantes activos del activísimo y muy acreditado lobby fenicio en la capital de nuestro reino, del que pronto se desgajará el Reyno de Navarra, cumple una función específica dentro de un programa general. Así, el perillán de la perilla, bautizado aquí y ahora, en este soportal, con el sobrenombre de «Golafre mayor de las Pitiusas», cumple y realiza funciones periódicas y periodísticas de desinformación, perversión, desnaturalización y desmarque. Además de politólogo de postín, el comisionado es un virtuoso del sorites periodístico, como puede verse, apreciarse y admirarse en el paradigma siguiente:

«Nunca faltarán en nombre de la discrepancia crítica los republicanos de nueva planta, aunque sus razones de ser ostenten el deterioro conceptual de las inercias de vieja planta. Así se cimbrean, se ajan y finalmente caducan las palmeras exóticas hasta que la jardinería municipal procede al trasplante. En el empuje tan mayoritario del juancarlismo, añadido a la raigambre histórica, alcanza su sentido de efectividad histórica la monarquía hasta ir adquiriendo una consistencia que transfiere a la continuidad sus razones de pervivencia. No cuesta mucho entenderlo».

Después de pasar la mirada una y otra vez por el montón de letras y palabras que antecede, Pájaro bobo ha blasfemado a voz en grito. No tanto por verse incapaz de comprender dos sintagmas seguidos cuanto por saber que, con esa creación y otras no menos sublimes, su artífice cobra dinero y fama a diario en un diario capital de nuestra capital. Alguien, para soliviantarle aún más, le dice que, en realidad, eso es el abc de la politología de alta escuela, y él, Pájaro bobo de por vida, sigue blasfemando, hasta que decide pasarse una temporada sin leer periódicos de la Meseta para evitar males mayores, desde el crimen hasta la locura.
Pregunta ingenua e intempestiva
¿Y si, llegado el momento, el ex honorable ex español del año Jordi Pujol consigue con sus muchas artes, artimañas y argucias que su subalterno y aconductat ingrese como miembro de número en la muy Real Academia Española de la Lengua con el encargo de que ocupe el sillón correspondiente a la letra e mayúscula y desde allí maquine, negocie, proponga e imponga, blindaje incluido, una definición de nuestra patria, de modo que en adelante se llame y escriba siempre y sólo espanya, esto es, en minúscula y sin ñ?
¿Otra teoría conspiratoria? No, la conspiración de siempre.

Desde la ventana del búnker de pladur

Pájaro bobo se asoma a la ventana de su búnker de pladur. Nubes oscuras, tirando a negras; nubarrones de todos los tamaños, siempre y sólo oscuros. Pájaro bobo busca con la mirada a los superinos. La puerta está abierta. Es zarandeada por el viento. El viento es presagio de ventolera; las ventoleras son presagio de tormentas; las tormentas son presagio de tempestades; las tempestades son presagio de cataclismos y cambios violentos y traumáticos de gobierno.
Consejo de un español heterodoxo: Zapatero, no te asomes a la ventana del Parlamento que da a la calle. En la calle no verás nada; está cubierta de banderas de España enarboladas por españoles.
Claro que siempre podrás decir: «¡Ay, hay que ver de lo que son capaces esos cavernícolas de la derecha!»
Pregunta ingenua e intempestiva: ¿y si bajaras a la calle, cogieras en tu mano una bandera y dijeras «yo también soy español»?
Pero, bien mirado, es mejor que no lo hagas; todos pensarían que era tu último acto de falsedad. De momento, sólo de momento.
Pájaro bobo opina que, de acuerdo con lo que has hecho y dicho, tú prefieres la compañía de criminales y separatistas. Y, de acuerdo con lo que has hecho y dicho, considera que es momento de que se te destituya y se te procese. ¿Has oído hablar alguna vez de impeachment?

Mérito/demérito de Rodríguez Zapatero

Con su sarta de desaciertos, Rodríguez Zapatero ha conseguido dilapidar/enajenar la mayoría natural de la izquierda y no sólo regalársela al Partido Popular sino además contribuir decisivamente a que esta formación lidere y capitalice un movimiento social de alcance nacional en sus proporciones y de naturaleza patriótica en su contenido más profundo y auténtico. 

Aclaración
En opinión de Pájaro bobo, el sentimiento patriótico ideológico es, en  este caso, el que corresponde a la derecha como partido político.  El sentimiento patriótico supraideológico es el que corresponde al pueblo español en su conjunto, con desprecio de todas las fronteras ideológicas reales o imaginarias. 

Pregunta ingenua e intempestiva: ¿por qué luego cierta izquierda se lamenta de que la derecha monopoliza los símbolos nacionales y el sentimiento patriótico tanto ideológico como supraideológico? 

Del cambio a la autodestrucción

El llamado cambio climático es en realidad un aspecto, tan grave como apremiante, del proceso de degradación de la biosfera puesto en marcha por el ser humano a partir de la Revolución industrial. En opinión de Pájaro bobo, aunque aquí la palabra «cambio» carece de contenido real ya que equivale a términos como, por ejemplo, nuevo curso o nuevo período, no se trata de un eufemismo inocuo o meramente estético sino de un fraude semántico alumbrado por una conciencia poco exigente en el plano ético y claramente dispuesta a engañarse a sí misma.

Dos preguntas ingenuas e intempestivas:
¿Es imaginable que el ser humano ha sido creado para destruirse a sí mismo con todo lo que ha recreado a su imagen y semejanza a lo largo de los tiempos?
¿Qué se pretende ocultar con la inocua fórmula «cambio climático»?

Fenicios en acción

Con Estatuto o sin Estatuto, con un charneguete como presidente de la Generalidad de los catalanes o sin él, con relaciones internacionales o sin relaciones internacionales, con un botarate (carallot) o con cuatro botarates (carallots) haciendo el indio en la India, en Tierra Santa o en Kuala Lumpur, los fenicios siguen avanzando en alas de su política de la puta i la Ramoneta. Pájaro bobo dice que entiende la manera de pensar y actuar de los fenicios (denken und handeln), pero dice también que, con su cinismo, los púnicos ponen constantemente a prueba los nervios de él y, en menor medida, de cualquier otro observador mínimamente avisé y mínimamente exigente.
Pájaro bobo considera que siempre debe empezarse por aceptar la realidad, no por entenderla o tratar de entenderla; y que no debe confundirse estar o no estar de acuerdo con entender o no entender.
El fenicio, comerciante y colonizador —fundador-explotador de colonias y factorías—, posee un sentido práctico de las cosas que los indígenas de Hesperia no tenemos, y nunca hemos tenido. Por eso vamos siempre a remolque de él, que vive con un pie en tierra y otro en su barco, por encima del agua.
De hecho, muchos habitantes de la piel de toro siguen sin enterarse de que los fenicios llevan décadas trabajando —entiéndase intrigando y trapicheando— simultáneamente en dos frentes: la construcción de una nación monolingüe, monoideológica, monofrentista, adherida a España por uno de sus costados y en una sola y única dirección, una Cataluña —en lo sucesivo, por decreto siempre y sólo Catalunya— independiente y soberana, y una España hoy plural y mañana reducida a una serie de territorios sin estructura de Estado y sometida a sus intereses. Ése será el país ideal para nuestros fenicios; por él están trabajando y por él están haciéndonos trabajar.
En los Madriles, los fenicios llevan años creando lobbies y colocando agentes y topos en puntos de interés para ellos por unos motivos y de interés para nosotros por otros motivos.
Agentes o topos, ahí están lanzando sus mensajes a través de la prensa diaria de una y otra orilla del Ebro, río histórico y río simbólico.
Pájaro bobo viene siguiendo desde hace años la huella escrita de algunos de los topos fenicios afincados en el parque del Retiro o sus inmediaciones. Desde las Regás hasta los Juliana, pasando por los Papells, los Sopenas y los Puigs.
Enric Juliana posee una pluma dotada de un veneno de excelente calidad en sus efectos. Hábil, ingenioso y relativamente culto, este subalterno de Pujol exhibe un humor decididamente cáustico que permite entrever una tranca y retranca de envergadura. Todo un trabucaire de guante blanco y sonrisa púnica. Mirón del parque del Retiro, el tal Juliana es uno de los muchos topos que operan en los Madriles desde hace tiempo y con una finalidad clara y concreta: informar a sus jefes de lo que ocurre en la capital del país vecino y preparar el terreno a lo que ha de venir. Por su parte, el perillán Puig se dedica a amontonar palabras que luego endosa a los indígenas de la capital como criptografías de la literatura más culta y avanzada, mientras que la Rosa no desaprovecha ninguna ocasión que se le ofrezca, además de las que caza al vuelo y como de paso, para eliminar nombres y referencias a un país en el que ella actúa como enviada de la Generalidad. Comando Rosa de los cuatro vientos con pasaporte de feminista ilustrada.
En opinión de Pájaro bobo habría que empezar a hacer un recuento de los grupos fenicios, con sus respectivos efectivos, que operan en nuestra capital y nuestro país. Desde los medios de comunicación hasta la Administración del Estado, pasando por los diferentes ministerios, en especial Defensa y Economía. Pensemos por un momento en Narcis Serra.
A Pájaro bobo le consta que la Generalidad de los catalanes viene realizando desde hace años listas, constantemente actualizadas, de «elementos peligrosos, indeseables y anticatalanes a los que hay que eliminar», y, de hecho, ha ido eliminando y sigue eliminando. A ellas se suman las listas de las instituciones e instancias estatales y autonómicas que esa misma Generalidad planea asumir, por vía de transferencias descubiertas o encubiertas, en el plazo de diez años, momento en el que, según su timing, se producirá, a modo de hecho consumado, la independencia de Catalunya y la desintegración de España, bajo la fórmula oficial/oficiosa de soberanía compartida.
De todo lo vivido y observado hasta ahora, el blindaje de competencias de la Generalidad de los catalanes y el amago —así empiezan todas las traiciones— de anteponer el último estatuto catalán a la Constitución española de 1978 constituyen, en opinión de Pájaro bobo, las puntas de lanza de un proyecto que está punto de entrar en su última fase, una fase en la que ya no habrá retorno posible, point of no return. Al menos, para nosotros los españoles.

Pregunta ingenua e intempestiva: ¿a qué esperamos?

 

Cosas del carallot Carod

Un interno se fuga de un manicomonio, roba un coche, se pone al volante y se lanza a toda velocidad, contra dirección, por la carretera. Como el pobre no sabe que está loco, que el coche es robado y que circula contra dirección, pone la radio. Al momento oye una voz que dice: «Atención, atención, un loco circula a ciento cincuenta kilómetros hora, contra dirección, por la carretera...» El pobre apaga la radio y comenta con sorna para su capote: «¿Un loco? Ya me he cruzado con más de doscientos».

En opinión de Pájaro bobo, lo malo no es que Carod sea un carallot (botarate) y tampoco que termine dándose un tortazo morrocotudo; lo malo es el daño que va a hacer y por el que no va a pagar, como no ha pagado ni, presumiblemente, pagará por el que ya ha hecho y consumado.

¡Adelante, subalterno!

El servidor de Pájaro bobo y un servidor de ustedes, de nuevo en forma

Superada la avería de su servidor, Pájaro bobo, servidor de ustedes, ha reanudado la actividad bitacórica: escribir mensajes, llenar lagunas y corregir errores, ora a la vez, ora sucesivamente y por estampas.

Estatut fotut = Statut kaputt

Ultimamente, en la prensa catalana/catalanista [dígase La Vanguardia] hemos podido leer y percibir que los propulsores y valedores del último Estatuto de Cataluña están acongojados por la suerte que, si sant Jordi no lo remedia, muy probablemente va a correr el texto, punto de partida de una última y definitiva empenta [empuje] hacia la independencia del Principado. Según ellos mismos, «la independencia tendrá que esperar».

Jordi Pujol gimotea porque ve que «el Estatuto está contra las cuerdas», pero sobre todo porque, aunque no lo diga, ve que se esfuma su mesiánico sueño de pasar a la historia como el Ben Gurión de los Países Catalanes o, al menos, de la Cataluña Sur. Imagino que va a tener que delegar esa tarea y legársela a su hereu [heredero], que, a decir verdad, no es ni Hereu ni alcalde. De momento.

Otros hablan de entierro del hecho diferencial [catalán] y, no obstante, sostienen que hay que esperar tiempos mejores; dos o tres años, tal vez más. Por último, un escriba o escribano se ha referido a las competencias transferidas a la Generalidad y, al verlas en peligro, ha dejado dicho y escrito con falsa cara de niño: «Santa Rita, Rita, Rita, lo que se da no se quita».

Pero entonces alguien con mando en plaza se ha dirigido a los conjurados y les ha comunicado a modo de orden: «Colorín colorado, este cuento se ha acabado».

Margarita, el Menesteroso y los Superinos

Margarita trae el parte: «Los Superinos están muy bien atendidos; tienen manjares de todo tipo. Se ve que el Menesteroso es un tutor solícito y generoso». Pájaro bobo sólo tiene que pasar lista y revista.

Una conjura con nombre de Estatuto

«En una democracia todo el mundo puede expresar libremente sus ideas».

J.Ll. Carod-Rovira, presidente de Ezquerra Republicana de Cataluña

Entre otros muchos fines no menos ilegítimos y éticamente reprobables, el llamado Estatuto de Cataluña se propone ahora legalizar —y por vía indirecta legitimar—, como hecho consumado inamovible e irreversible, un modelo de sociedad caracterizado por la existencia, dentro de su territorio, de una comunidad minoritaria no ya hegemónica sino abiertamente opresora y una comunidad mayoritaria y paradójicamente oprimida. Por lo tanto, debemos tener presente en todo momento que se trata de un documento jurídico intrínsecamente antidemocrático, anticonstitucional y, lo que es infinitamente más grave, inmoral, habida cuenta que se asienta en una cadena de fraudes y abusos legales que arranca de sus mismos orígenes: el inicio de la actividad legislativa del Parlamento de Cataluña.

Ha llegado el momento de denunciar ante la opinión pública que los partidos catalanes/catalanistas, siguiendo rigurosamente un plan poseedor de todas las características de una conjura y utilizando sistemáticamente métodos contrarios a los principios éticos más elementales, han venido dedicándose afanosamente a beneficiar la reducida pero rica y codiciada parcela política del Principado hasta hacerse con la representación poco menos que absoluta y exclusiva de su población o, lo que en este caso es igual, de las comunidades de lengua castellana y lengua catalana en todos los organismos públicos y de manera especial en el Parlamento por su condición de instancia legislativa.

Ahora, en Cataluña hay ciudadanos que poseen derecho de voto y representación propia, pero aún más ciudadanos que sólo poseen derecho de voto, no representación propia, toda vez que ésta, junto con otros derechos constitucionales, les ha sido arrebatada y usurpada dolosamente por partidos políticos que, además de actuar como catalizadores/catalanizadores de opiniones y votos, han formado un frente nacional a la vez separatista y totalitario. De acuerdo con esa línea de actuación, no es arriesgado imaginar que el día en el que dichos partidos políticos decidan poner fin a la actual escenificación democrática y dar un nuevo impulso a su proyecto secesionista, sus propuestas (léase consignas y proclamas) van a ser aprobadas no con el noventa por ciento de los votos a favor sino por unanimidad. Siempre, claro está, que sus promotores y valedores consigan mantener un control de la sociedad y sus miembros igual o superior al actual.

En cualquier caso, lo cierto es que, hoy por hoy, el que vota en Cataluña vota necesaria e indefectiblemente separatista. Y aunque es muy cierto que no todos los habitantes de esta región española —¿me es permitido llamarla así?— son separatistas, lo son los partidos políticos por obra y gracia de sus líderes y, en consecuencia, también las leyes promulgadas por su Parlamento, un Parlamento en el que —hay que decirlo una y mil veces— más del sesenta por ciento de la población de Cataluña no tiene representación propia, directa y democrática, pues, para colmo de nuestras desdichas, a la situación descrita se suma el hecho de que el Partido Popular de estas tierras está en manos de un Josep Piqué picado de deslealtad congénita y, fiel a su condición, entregado a la labor de debilitar furtivamente a su partido desde dentro.

Ésa es la vía elegida y puesta en práctica por nuestra burguesía de acuerdo con la ya vieja y conocida fórmula: democracia formal en la superficie y dictadura real en el fondo. Una democracia formal que, como ahora, es pura comedia de intriga y enredo y una dictadura tan real como las grandes fuerzas matrices y motrices de toda sociedad avanzada: el poder político, el poder económico, el poder mediático. La novedad de la variante autóctona está en su sistema de recaudación y distribución, que dice y enseña: lo nuestro sólo para nosotros y lo vuestro a repartir entre todos.

De acuerdo con lo expuesto, las leyes promulgadas por el Parlamento de Cataluña no son legítimas, ya que no es un Parlamento auténticamente democrático o, lo que en este caso es igual, representativo de la realidad demográfica, social y política del Principado, una realidad caracterizada a lo largo de los siglos y sobre todo en la actualidad por la coexistencia e incluso convivencia, tan viva como sorprendente, de dos comunidades sociolingüísticas, ora imbricadas, ora yuxtapuestas.

Y toda vez que, a nuestro entender, esa realidad debe ser a un mismo tiempo marco y referencia de todo proyecto legislativo presidido por criterios de racionalidad y equidad, nos parece evidente que sólo pueden aspirar a la condición de legítimas las leyes que respeten debidamente el orden social de ahí emanado y traten de mejorarlo con métodos y recursos ética y jurídicamente lícitos.

Pero como quiera que la situación actual de Cataluña está presidida con carácter exclusivo y exluyente por un Estatuto concebido a modo de declaración de guerra de un frente nacional siempre cordialmente desleal y furtivamente beligerante, con una legalidad puramente formal como triste y maltrecho telón de fondo, hay razones sobradas para hablar tanto de perversión de la democracia por fraude de ley como de fraude de ley por pervesión de la democracia.

Ése es el delito, definido aquí y ahora como conjura, que queremos denunciar y, si nos fuera posible, condenar y erradicar. Y lo hacemos movidos no tanto por el convencimiento, obtenido gracias al estudio de la historia, de que nunca nadie consiguió engañar a toda una sociedad durante todo el tiempo, cuanto por la certeza, hecha razón última en boca de Aristóteles, de que el ser humano ha sido creado para conocer la verdad y la justicia y vivir y convivir de acuerdo con sus principio rectores.

Avería en la Industria de Pájaro bobo

Pájaro bobo ha tenido la industria averiada durante una semana o algo más. Cosas del servidor, que no es un servidor de ustedes. Podría haber sido peor. Y, probablemente, no será la última vez. Operamos en el ámbito de la realidad virtual, que está inscrito en el ámbito de la realidad contingente. Aquí estamos presos, atenazados, sin posibilidad de escapar. Nuestra caverna se llama alienación. Estamos, no somos, nunca llegaremos a ser. Y si ni siquiera el pobre Nietzsche se atrevió a gritar desde la atalaya de su demencia procaz «Ich bin der, der ich bin», ¿puede acaso Pájaro bobo rebelarse y blasfemar «Yo soy el que soy?» No lo va a hacer. Con una alienación tiene bastante.

Observación.
La alienación podría ser una prueba de que cuando una criatura se rebela contra su Creador, éste no la aniquila sino que la confunde y la aleja de sí. ¿Para siempre?

Muerte civil

A través de lo que leo en los periódicos y oigo en la Televisión llego al doloroso convencimiento de que, en líneas generales, mis compatriotas de la Meseta ni saben ni se preocupan de lo que piensan y pretenden los sedicentes nacionalistas catalanes.

Un día, si sigo con vida, trataré de explicar con cierta amplitud y detalle que, en mi opinión, lo que hay aquí no es nacionalismo, pues los nacionalismos son movimientos interclasistas de desarrollo vertical [de abajo arriba y de arriba abajo], sino un movimiento burgués, ya que, en cuanto que responde a un desarrollo plano y circular, el fenómeno catalán es rabiosamente endogámico y clasista. Para verlo debería bastar con examinar la genealogía sociopolítica de sus capitanes y su feligresía.

En cualquier caso, lo que importa es saber que en Cataluña, con más de seis millones de habitantes y dos comunidades sociolingüísticas, hay una comunidad opresora y una comunidad oprimida. La primera copa hasta en un noventa por ciento los cargos de la Administración autonómica, mientras que la segunda tiene que cargar, en una proporción similar, con los trabajos menos cualificados y peor remunerados, siempre alejados de las instancias públicas, de la enseñanza y de los resortes de poder. La burocracia es indefectiblemente burguesa, catalana y catalanista; el peonaje, español o, en su lenguaje, castellano, pues, como se sabe, España y español son palabras estigmatizadas y prácticamente prohibidas. En definitiva, aquí la política la hacen ellos para ellos. Con el apoyo, claro está, de los charnegos amontillados. Si intentas denunciar este estado de cosas eres un enemigo de Cataluña y un fascista. Y, como tal, serás condenado inmediatamente a muerte civil. Ése es mi caso.

A modo de ejemplo. En una librería-papelería pido un mapa de España en español. El dependiente: «Eso ya no se hace». Yo: «¿Y por qué vosotros mentís siempre?» El dependiente calla... Yo: «¡Arriba España!» Un mirón con cara de subalterno y confidente: «¿Ves como es un fascista?»

Pasmo

Pájaro bobo conoce a un negrito en un bar. El negrito, profesor de inglés en una academia local, comenta a bote pronto: «I came to Europe and I saw that I was a negro» (vine a Europa y vi que era negro). Pasmo en la cara del hablante y en la cara del oyente. En su momento, éste también fue negro en Europa. O casi. Años memorables de sufrimiento y aprendizaje. El bienestar de unos está construido sobre la opresión y explotación de otros.

Nota 1: En boca de Pájaro bobo «negrito» siempre ha sido una palabra cariñosa.

Nota 2: En su opinión, la opresión y la explotación sólo carecen de razón de ser cuando oprimidos y explotados no aprenden. De ellos depende que su situación sea un medio o un fin. Hegel escribió:«Dios se sirve de las pasiones de los seres humanos para sus fines».

Prensa alemana: ¿libertad para los criminales?

Der Spiegel, referente obligado de la cultura política de Alemania, dice en su portada del 29-01-2007: «Piedad para los que no tuvieron piedad». «¿Está autorizado el Estado a poner en libertad a los integrantes de la banda Baader-Meinhof que siguen en prisión?» Transcurridos aproximadamente treinta años desde que las autoridades de este país pusieron fin a las actividades criminales de dicha banda (RAF = Fracción del Ejército Rojo), se realiza una encuesta para preguntar a los ciudadanos si el presidente de la República debe o no debe aplicar una medida de gracia a Christian Klar, que lleva veinticuatro años en la cárcel y aún no ha mostrado públicamente arrepentimiento. Sí: 20%; no: 71%.

Pájaro bobo está a favor de la libertad de todas las personas, incluidos los criminales, pero ¿cómo se protege la vida de los no criminales? En su opinión, eso es prioritario.

Fórmula Zapatero: ahora resulta que no resulta

Zapatero, aprendiz de boticario y experimentado trapisondista, se inventó una burda añagaza para burlar a españoles y no españoles. Acto seguido, se lanzó al ruedo de las negociaciones con su fórmula, ni mágica ni secreta. Pájaro bobo dice que negociar con criminales y cómplices de criminales es delito, máxime cuando muchos de ellos tienen causas pendientes. Según él, el Poder Judicial debió impedírselo y exigirle responsabilidades. Aún está a tiempo. Las negociaciones, empezando por el nombre, constituyen una transgresión manifiesta de la Constitución y el orden constitucional. Para una «negociación» de esa índole, el jefe de Gobierno necesitaba previamente no sólo el apoyo explícito del Parlamento sino también y sobre todo el beneplácito del Poder Judicial y el Poder Judicial sólo podía concederle ese beneplácito una vez depuradas todas las responsabilidades existentes y exigibles en ese momento. Pájaro bobo dice que, sin ese beneplácito por escrito, Zapatero está en permanente pecado mortal y, por lo tanto, también lo está nuestra Judicatura. Y, por lo tanto, también lo están todos nuestros políticos y lo estamos todos los ciudadanos españoles. ¿Dónde queda la ley cuando se habla de negociación y se negocia con criminales? En estos momentos, todos los españoles estamos a la altura de los que matan para demostrar que ni son españoles ni quieren serlo. Se ha olvidado que, en un Estado de Derecho, la ley es marco único y obligado o necesario de todos los litigios de sus ciudadanos. El jefe de Gobierno, en cuanto responsable del Ejecutivo, debe cumplir la ley y hacer que se cumpla, no negociar con quienes la transgreden gravísimamente de manera sistemática y persistente.

Por suerte, la mayoría de los indicios apunta a que el tal Zapatero y su subalterno y mentor van a tener que quedarse con su fórmula, química incluida, pues ahora resulta que no resulta. Después habrá que pensar qué se hace con ese Zapatero aprendiz de boticario y trapisondista. Ahora ya sabemos que, por extraño que sea y parezca, su afición a la componenda y el trapicheo va de la mano de una obstinación en grado de ignorancia invencible. Y si es cierto que la ignorancia invencible ni se cura ni se perdona, en política hay un remedio para ella: la destitución y el procesamiento.

Nota: Un crimen es un crimen aunque se le llame acto de violencia (fraude semántico-jurídico).

A propósito de un despropósito

Pájaro bobo intenta recordar que Horacio escribió más o menos: «Obra tan mal quien mata a alguien que quiere vivir como quien salva la vida a alguien que quiere morir». ¿Y si quien dice que quiere morir no lo quiere realmente y lo que hace es sólo una arriesgada y peligrosa añagaza? Ya sabemos que hay personas a las que, además de matar, les gusta jugar con pólvora. En cualquier caso, Pájaro bobo no desea la muerte ni siquiera a aquel que dice que quiere morir y lo quiere realmente.

CIUDADANOS: Juventud, Ilustración e internet

En una sociedad como la catalana, dominada aquí y ahora por partidos políticos empeñados de por vida en sustentar, impulsar e imponer una supraideología con manifiesta vocación totalitaria, ni confesada ni desmentida, es de agradecer, al menos desde una perspectiva ético-política, que un ciudadano joven se desnude en público y, adoptando el estado de naturaleza como única vestidura y credencial, decida romper el cerco partitocrático con audacia e ingenio y lance su mensaje, denunciando, de una parte, los abusos de los representantes y beneficiarios del establishment y, de otra, proclamando que aún merece la pena luchar por la libertad y, en un contexto más concreto y actual, por una sociedad abierta.

Si en un primer momento el joven rebelde e iconoclasta (destructor de iconos) y sus conmilitones fueron ignorados en bloque, con más animadversión que perspicacia, por los brokers de nuestro parqué parlamentario, ahora ya están capitaneando una mayoría silenciada, no silente, que hasta estos momentos no contaba con otra manera de manifestar su disconformidad que la abstención.

A esa mayoría, fundamento de una sociedad formada por dos comunidades sociolingüísticas que, cuando y donde les es permitido, viven y conviven sin tener en cuenta las barreras impuestas por los servidores de la supraideología dominante, pertenecen lógicamente muchos de los seguidores y votantes de la nueva y joven formación, una formación que, por ese mismo motivo, tiene infinitamente más de social que de política.

Y si es cierto que, gracias a su origen y su estructura organizativa, la nueva formación consiguió sobrevivir en un primer momento sin tener acceso franco e igualitario a los medios de comunicación convencionales, también lo es que las limitaciones de semejante situación obligaron/ayudaron a sus dirigentes a agudizar el ingenio y desarrollar un sistema de comunicación y difusión basado esencialmente en internet y reforzado con el teléfono móvil, sistema que, a decir verdad, desde hace tiempo es propio, cuando no exclusivo, de la juventud intelectual y socialmente más activa.

A ella, en cuanto colectivo, va dirigido fundamentalmente el mensaje programático y electoral de este corredor olímpico que, tras declararse hijo de la Ilustración, defiende la condición del ciudadano como persona adulta y su inalienable y democrático derecho a decidir libremente sobre sus actos.

Dado el éxito alcanzado por estos muchachos en su primera comparecencia electoral, es lícito e incluso lógico pensar que los partidos ya implantados en nuestro espacio geográfico van a actualizar sus tácticas y sus estrategias, lo que en definitiva afectará a la concepción general de las campañas electorales y su planificación. No es ningún secreto que nuestra sociedad, impulsada, cómo no, por la juventud, avanza de manera vertiginosa e incontenible hacia esa otra forma de globalización que se ha llamado la galaxia Internet.

Mientras tanto debemos tener en cuenta que toda sociedad abierta —y la nuestra pretende serlo— está sometida al acoso persistente e implacable de quienes, en su deseo de desnaturalizarla y subvertirla, se empeñan en suplantar el cumplimiento de la ley con la adhesión ostentosa, impúdicamente servil, a la ideología dominante, que, como está escrito, siempre ha sido la ideología de la clase dominante. Eso es lo que —dolosamente— se nos recomienda, se nos pide y/o se nos exige si queremos pertenecer al selecto club de las personas de orden y gozar de sus privilegios. De lo contrario, pasaremos a formar parte del lumpen de los marginados y los indeseables, a los que ahora —risum teneatis— se llama también fascistas.

Si la libertad individual en cuanto empeño y conquista responde a los imperativos de ser, pensar y actuar, una línea del pensamiento occidental que va de Aristóteles a Hannah Arendt nos enseña que el ser humano en cuanto animal social se realiza en el ámbito de la actividad pública. Cuando eso ocurre, asistimos a una prodigiosa transmutación y una más que gratificante epifanía en forma de ecuación casi matemática, pues entonces «el pensamiento es la acción» (der Gedanke ist die Tat).

Derechos democráticos y por lo tanto iguales, sin privilegios ni penalizaciones, para todos los ciudadanos y vigencia real y efectiva de la Constitución de 1978, pilar del Estado de Derecho y marco de toda actividad democrática en una sociedad abierta, son posiblemente los conceptos nucleares de un mensaje dirigido a sectores de nuestra sociedad hasta ahora marginados y, paradójicamente, instrumentalizados. Su objetivo último y más noble es sin duda que los integrantes de esos sectores sociales tengan no sólo voto sino también, y sobre todo, representación propia; una representación propia responsable y leal.

Y si ése es el mensaje del joven rebelde e iconoclasta y sus compañeros de cordada, la moraleja podría consistir en recordarnos que hasta ahora nadie ha conseguido engañar a toda una sociedad durante todo el tiempo, mientras que a mí, personalmente, ese mensaje y esa moraleja me traen, con la imagen de mi padre, la esperanza de ver el fin de una situación que, a decir verdad, tiene mucho de muerte civil.