El Partido de los Ciudadanos y la democracia
Para ser real, la democracia tiene que ser, como mínimo, parcialmente formal
Parece lícito afirmar, aunque sea sólo en aras de la simplificación, que, históricamente, los partidos políticos burgueses nacen en las capas superiores de la sociedad y tratan de afirmarse mediante una acción doble: un movimiento horizontal de expansión y un movimiento vertical, de arriba abajo, de penetración. El primero es clasista, el segundo, lógicamente, interclasista. Los partidos de izquierda, nacidos necesariamente en las capas infereriores de esa misma sociedad, actúan de acuerdo con un esquema similar, pero en ellos el movimiento vertical o de penetración es, necesariamente, de abajo arriba. En opinión de Pájaro bobo, si eso es históricamanente cierto, también debe serlo que sólo los partidos de izquierda son democráticos en su origen.
Y hoy, en España, el Partido de los Ciudadanos es el único formado, sustentado e impulsado de abajo arriba, sin contar con una superestructura económica o un complejo de intereses económicos a modo de elemento sustentador.
Tres preguntas ingenuas e intempestivas
¿No es lícito afirmar que el Partido de los Ciudadanos es hoy el único partido democrático de España en su origen, en su funcionamiento interno y en su actividad pública?
¿No radica ahí su inferioridad fáctica y política, pero también su superioridad ética y social?
¿No es cierto que en Cataluña el Partido de los Ciudadanos es el único que, libre de lastres e hipotecas, se enfrenta a la supraideología con manifiesta ambición totalitaria de los llamados nacionalistas, herederos de las muy burguesas cien familias de Barcelona?
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