Metamorfosis y mitologías: Enric Juliana
¿Puede alguien despreciar la lengua en la que escribe?
Enric Juliana, conocido en esta página con pretensiones de latifundio virtual, primero, como el Topo del Retiro y, después, como la Cucaracha de Kafka, escribe en una lengua que no es la suya. Y se le nota. Cada vez lo hace peor, con menos orden, con menos chispa, con menos gracia, con mucha más mala baba. Para eso está ahí y para eso le pagan. Además se le ve reprimido. Con ganas de que el personal ultra de los Madriles monte una bronca tras otra y así él pueda montar las suyas de letra y veneno, a la usanza fenicia, y, a renglón seguido, hablar del oasis catalán, ese oasis de paz, democracia y lealtad situado a orillas del mar de la Sargantana, meridiano de las Columbretes. Y, hablando de lealtades, Pájaro bobo se pregunta por qué en la lengua del subsodicho no se emplean prácticamente nunca, nunca, palabras como traición y cobardía ni hay memoria histórica de alguien que se distinguiera por traidor y cobarde.
Pregunta ingenua e intempestiva: ¿puede construirse una nación sin una mitología de heroicidades y traiciones?
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