El idioma español contra los españoles
Cuando la parte es más que el todo
A estas alturas de la conjura no es ningún secreto que el diario La Vanguardia constituye el órgano del separatismo catalán institucionalizado, un separatismo esencialmente burgués y, por lo tanto, más económico que ideológico. Aunque el periódico está escrito básicamente en español por razones de pragmatismo, sus colaboradores habituales y no habituales exhiben, además de cognoms catalanes a modo de credencial y salvoconducto, visiones y planteamientos de la realidad nacional e internacional en los que se percibe con toda claridad, por acción y omisión, el veneno de la perfidia, veneno y perfidia de cuño púnico. La Vanguardia, otrora española, es hoy el órgano oficioso de la Generalidad de Cataluña y de todo el establishment del Rovell de l'ou que dirige la política catalana y reparte el dinero que el Gobierno español entrega al subgobierno autonómico para su distribución y consumo en tareas tan legítimas y constitucionales como promover un ministerio de Asuntos Exteriores propio y exclusivo de Cataluña, financiar colectivos catalanistas clandestinos dedicados al espionaje y el terrorismo social, etcétera, etcétera.
Dos preguntas ingenuas e intempestivas
¿Controla el Gobierno de España al subgobierno de Cataluña o controla el subgobierno de Cataluña al Gobierno de España?
Si Cataluña tiene una lengua propia, ¿por qué los sedicentes nacionalistas catalanes la dejan de lado y escriben en la lengua maldita, la lengua que están decididos a perseguir hasta su erradicación de estas y otras tierras?
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