España, víctima de los españoles
El ser humano en cuanto animal social se realiza en la actividad social
En muchos de nuestros políticos y pensadores de ayer y de hoy más preocupados por el destino de España alienta un pesimismo que, en opinión de Pájaro bobo, denuncia y muestra las causas de nuestro fracaso como pueblo o colectivo social y como nación-Estado o entidad política. Según él, para nuestros pesimistas lo peor no es tanto la conciencia de la derrota o derrotismo como tal cuanto la abulia y su elemento alienante-alienador. No se hace nada o no se hace lo que podría y debería hacerse, porque a lo largo de su vida y de su historia los españoles han conseguido convencerse a sí mismos de que los males vienen siempre de fuera y las soluciones tienen que venir siempre de lo alto. He ahí el ser humano como sujeto paciente de su destino; he ahí la vida no como voluntad y acción consciente y deliberada de ser sino como existencia pasiva y resignada, gracias en parte a una concepción religiosa pseudorreligiosa a la vez hija y madre de esa manera de estar en el mundo. El ser humano como fruto de una experiencia vital colectiva y una experiencia vital colectiva como fruto del ser humano. Con una Redención transcendente del ser y sin una Redención transcendente del ser ni fe en ella, con Hegel o con Marx, a partir del huevo (Hegel) o a partir de la gallina (Marx) . El español no piensa, la abulia le puede. Y, como no pensar es alienación, quien no piensa se engaña a sí mismo convenciéndose de que no hace falta pensar; que piensen otros. España, España.
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