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La industria de Pájaro bobo

El 12 de octubre de 2007 como interrogante


La táctica del desvalijador de cajas de caudales

Si en el momento de resolver un problema de cierta complejidad no tiene a mano un método más lícito y más elegante, Pájaro bobo adopta sistemáticamente la táctica del desvalijador de cajas de caudales. Él no la ha inventado, pero le ha puesto nombre. Hela aquí.
Así que se ha colocado en actitud receptiva, el presunto delincuente hace girar lenta y sigilosamente la ruedecita de la caja y va captando y registrando mentalmente cada uno de los mensajes que le llegan en forma de chasquidos, chasquiditos, bloqueos, desbloqueos, avances, retrocesos, puntos muertos, etcétera. Para él, todo ello son instrucciones que dirigen los movimientos de su mano y las oscilaciones de los sensores de su cabeza y que, una vez ordenadas de acuerdo con la secuencia o las secuencias correctas gracias al procedimiento de ensayo y error, le darán la solución y con un poco de suerte le permitirán acceder al tesoro. En realidad se trata de un método heurístico basado en la inferencia. Con él, Pájaro bobo, ora delincuente ora filósofo, ha conseguido abrir varias cajas de caudales y resolver algunos complejos problemas lógicos.
Pregunta ingenua e intempestiva: ¿qué le dice a Pájaro bobo, viejo desvalijador de cajas de caudales y filósofo de vuelo rasante, el 12 de octubre de 2007?

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