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La industria de Pájaro bobo

De la Realpolitik a la política de la puta i la Ramoneta

Aportación catalana a la historia de las ideas políticas

El término Realpolitik fue acuñado por Ludwig von Rochau en su libro Grundsätze der Realpolitik [Fundamentos de la Realpolitik], donde lo define como la política de los hechos posibles. Años después, Otto von Bismark lo erigió en el principio táctico-estretégico de su actividad como canciller de Prusia, lo que le llevó a renunciar a cualesquiera compensaciones territoriales por parte de Austria, vencida en el campo de batalla, para concentrarse en la unión y consolidación de Alemania como una sola nación. A partir de entonces, el núcleo conceptual de la Realpolitik ha sido objeto de muy diversas interpretaciones teóricas y prácticas. Aun así, en ellas se suele insistir en aspectos que tienen que ver con la realidad inmediata, incluso material, frente a las ideologías, en lo nacional frente a lo extranjero, en lo práctico frente a lo ético. Es comprensible que siguiendo esa línea se haya llegado a relacionar, incluso a identificar, la Realpolitik con actitudes maquiavélicas y faltas de ética. En cualquier caso no deja de resultar llamativo que el equivalente anglosajón sea Power politics, «política de fuerza», forma de pragmatismo que tuvo su exponente más destacado en los Estados Unidos de Nixon y Kissinger.
Fer la puta i la Ramoneta es una expresión del catalán coloquial que sirve para definir, de una manera casi amable, comportamientos basados en el juego doble. Pájaro bobo la adoptó a finales de los años ochenta del siglo pasado para definir la posición de los separatistas catalanes frente a la de los vascos, lo que le llevó a acuñar el término política de la puta i la Ramoneta como variante sui generis de la Realpolitik en cuanto manera de actuar basada en la utilización combinada de gestos de amistad, lealtad e incluso sumisión con otros de deslealtad en los que no faltaban las traiciones y las puñaladas por la espalda. Y ahí estamos. Las agresiones verbales y gestuales al Rey, como símbolo de España, son la última manifestación de una larga serie de actos de traición que se han ido sucediendo y, al no haber recibido el tratamiento adecuado por parte del Gobierno, han desembocado en una afrenta de innegable gravedad. Mientras tanto, los Pujols, los Maragalls y demás miembros del Sanedrín catalán callan y se frotan las manos. Ahora ya se ven con fuerzas no sólo para conseguir la independencia de Cataluña con financiación a cargo del Estado opresor sino incluso para destruir España y convertirla en una colonia catalana con la colaboración de los españoles. Pájaro bobo considera que ha llegado el momento de demostrar a todos que el Rey es el Jefe del Estado y el mando supremo de sus Fuerzas Armadas.
Pregunta ingenua e intempestiva: ¿es posible que la política de la puta i la Ramoneta dé para tanto?

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