El Sanedrín catalán
Lección de historia e historia de una lección
Sabemos concretamente que en tiempos de Jesucristo el Sanedrín era una instancia de carácter político y religioso formada por miembros/representantes de las familias más poderosas y las sectas más influyentes de Israel en los diferentes planos de la vida pública. Situado entre el Imperio romano, potencia ocupante, y el pueblo elegido, el Sanedrín rendía tributo de pleitesía al opresor, al que en el fondo odiaba, y protegía al pueblo hebreo, del que formaba parte y al que a su vez mantenía sojuzgado.
Puede decirse que, como en el Israel bíblico, en la Cataluña actual hay un Sanedrín dominado por miembros de las familias más poderosas y las sectas más influyentes, no una democracia auténtica de corte occidental con partidos políticos que recogen las aspiraciones sociopolíticas de los diferentes sectores de la sociedad. En opinión de Pájaro bobo, acaso la principal diferencia radica en que, mientras el pueblo hebreo constituía una comunidad única, en el caso de Cataluña la sociedad está formada por una comunidad de lengua catalana y una comunidad de lengua española. Y, así, el Sanedrín catalán, que en el fondo sólo representa a todos los efectos a la comunidad de lengua catalana, tiene que defenderla no sólo contra la potencia ocupante y opresora sino también contra la comunidad de lengua y sentimientos españoles, que no comparte sus sentimientos independentistas y, para colmo de las desgracias, es mayoritaria. En lógica democrática, en Cataluña nunca deberían mandar, y mucho menos en exclusiva, los partidos catalanes catalanistas y separatistas.
Pregunta ingenua e intempestiva: ¿es imposible terminar con la dictadura y el apartheid a la catalana e instaurar un régimen aceptablemente representativo de la realidad social de esta Comunidad Autónoma y por lo tanto exigiblemente democrático?
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