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La industria de Pájaro bobo

Má allá de trasvases y pactos

Lo de Zapatero, trapisondista incurable, no es ni un trasvase ni un pacto; es una interminable teoría de trasvases, minitrasvases, bypasses, conducciones y acequias acompañada por una sarta de pactos de situación o estado, no de Estado. Este miserable está decidido no sólo a enfrentar a españoles con españoles a causa del agua sino incluso  a liquidar España.

Mientras la fiera Aguirre alborota el gallinero madrileño de los populares, la fiera Nebrera, secundada por un acólito de nombre Vendrell, se afana en deshojar y esquilmar el pobre cerezo (cirerer) que le dejó en conreo el «fugado» Piqué y la fiera Chacón se va a Afganistán para coger el tranquillo al cargo y conocer algunas de sus servidumbres, Artur Mas, golem sumiso y obediente del rabino Pujol ben Gurión, se encara con el Tribunal Constitucional y, en nombre de su amo y señor, le amenaza con la independencia de Cataluña, nuestro jefe de Gobierno, Rodríguez Zapatero, sestea o, peor aún, hace oídos sordos a la bronca nacional.
Después de dedicarse a destruir la estructura profunda de nuestra nación, ahora el tal Zapatero nos quiere vender unos cuantos apaños chapuceros con nombre de pactos, pactos de situación o estado, no de Estado. Chapuzas para ir trampeando, nunca una declaración de principios institucional y, como tal, completa, permanente, definitiva. Por esa y otras razones que no dice pero lamenta, Vidal-Quadras denuncia que nuestro vil Zapatero «está convirtiendo España en una confederación de nacioncillas». Pero, en opinión de Pájaro bobo, el futuro que nos espera, porque es el que estamos labrando, es aún peor, mucho peor y mucho más ignominioso. Él vislumbra en el horizonte una Catalunya, sí, de ahora en adelante siempre y sólo Catalunya, enriquecida y fortalecida con los despojos de España, y un páramo mesetario sin estructura de Estado, colonizado y administrado por catalanes. Y no tendremos que esperar mucho para verlo, pues el futuro ya ha empezado. Y la colonización también. En el fondo, el llamamiento de Vidal-Quadras es patriótico, no ideológico. ¿Estamos a tiempo para atajar el futuro e impedir la destrucción de España?
Pájaro bobo no lo sabe, lo que sí sabe es que para atajar ese futuro poco menos que fatal e inexorable es necesario que el pueblo español y sus políticos más responsables tomen inmediatamente conciencia de la situación y se avengan a controlarla creando dos partidos nacionales: uno a la izquierda, dirigido por Rosa Díez, y otro a la derecha, dirigido por Vidal-Quadras.
Pregunta ingenua e intempestiva: ¿quién debe tomar la palabra cuando una nación, en este caso España, está al borde del abismo?

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