Cambio de dirección
A partir del día 7 de mayo inclusive, este blog continúa en http://www.pajarobobo.org. Por favor, actualice sus marcadores.
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Pájaro bobo, miembro emérito del colectivo del Turberculoso pobre, desea de todo corazón felices Navidades y próspero año 2008 a todos los seres humanos, en especial a los más desvalidos y más necesitados.
Pájaro bobo considera que en el fondo todo es más fácil y, por lo tanto, también debería serlo en la realidad. Alguien acusa veladamente a alguien, y los dos se enzarzan en un enfrentamiento personal. Error. El primer alguien debería formular su denuncia de manera lícita y fundamentada. La vía de la insinuación no lo es. El segundo alguien, en lugar de contestarle a título personal: «No le consiento que se meta usted en mi vida privada», debería exigirle que formulara una acusación concreta y correcta en su contenido y en su forma. A partir de ahí, todo lo que el segundo alguien tiene que hacer es presentar una denuncia contra el primer alguien. Este primer alguien está fuera de la ley ya de entrada. El segundo alguien lo tiene muy fácil. Difamación, independientemente de la veracidad o no veracidad del contenido de la difamación.
Pájaro bobo entiende que los españoles deberíamos aprender a colocar la ley en el centro de nuestros litigios y remitirnos siempre a ella. Para eso, acaso deberíamos empezar por aprender a hablar a título personal, exponiendo opiniones, no haciendo afirmaciones categóricas. Los juicios categóricos deben estar reservados a la ley y sus representantes (cuando la representan). En la práctica, las afirmaciones categóricas generan antagonismos, mientras que las opiniones, no; además, las opiniones, por su misma naturaleza, no se pueden rebatir. Cuando se expresan opiniones se asiente o se disiente. Los españoles, faltos de una formación democrática, ni hablamos ni nos comportamos democráticamente. Pájaro bobo opina que una actitud democrática es una actitud intelectual que abarca todas las manifestaciones sociales del ser humano. No se puede ser políticamente demócrata si no se es intelectualmente demócrata. Parece ser que los españoles aún no lo hemos aprendido. El traje nos viene grande.
Pregunta ingenua e intempestiva: ¿sabemos los españoles que el espíritu democrático es una actitud intelectual ante la vida en sociedad?
Pájaro bobo considera que hay unas ocasiones en las que el secreto del acierto y, por lo tanto, del éxito viene expresado por la fórmula inglesa «estar en el lugar justo en el momento justo», pero además de ésas hay otras ocasiones, y otras circunstancias, en las que el acierto y el éxito se basan en «tomar el camino justo en el momento justo». En el primer caso se trataría de una decisión instantanea; en el seguno, de una programación o un proyecto de futuro.
En las próximas elecciones, Pájaro bobo apuesta aquí, en Cataluña, a favor del partido de los Ciudadanos, pues están en la red, que es, a todas luces, el camino del futuro, un camino que lleva a la sociedad del conocimiento a través de una democracia más participativa y, por lo mismo, más representativa. Una vez más la juventud tiene la palabra.
Pregunta ingenua e intempestiva: ¿conseguirán los valedores del establishment político catalán cerrar el paso a la juventud en su camino hacia el futuro e impedir el triunfo democrático, sí, democrático, de los jóvenes Ciudadanos?
No parece probable, pero, aunque así fuera, Pájaro bobo seguiría pensando que el futuro está en la red.
En opinión de Pájaro bobo, cuando, como en Francia, gana la derecha gana el pragmatismo; y cuando, como en Francia, gana el pragmatismo gana la economía. En opinión de Pájaro bobo, cuando, como en España, gana la izquierda gana la ideología; y cuando, como en España, gana la ideología gana la demagogia. Economía o demagogia, ésa es, a su manera de ver y entender, la disyuntiva que nos acerca y nos separa. Y, por encima de todo ello, la conciencia nacional y el sentido de Estado. España será una nación cuando sus ciudadanos tengan conciencia nacional y cuando sus políticos tengan sentido de Estado.
Las unidades dinámicas se rigen por leyes económicas. En definitiva, pensar/actuar racionalmente es, a los ojos de Pájaro bobo, pensar/actuar en términos económicos. Discernir en cada momento cuál es el camino más corto, más directo, más económico: en eso consiste la inteligencia. Se lo enseñó, después de muchos años, su hijo Miguel, estudiante de Telecos en Berlín.
La falta de una visión realista de la realidad es lo que nos ha alejado durante siglos de la realidad. Y ahí seguimos.
A lo que parece, el Golafre de las Pitiusas no tiene esos problemas, pues sigue guarreando la quinta del diario ABC, en la que hoy, jueves, 10 de mayo, escribe: «Todo restaurante con buena bodega es una gloria nacional». Allá él con su andorga. Pero es evidente que el subsodicho está a las tajadas, a la copa y al puro. Para eso cobra. Y para eso escribe, si es que a lo suyo se le puede llamar escribir.
Pregunta ingenua e intempestiva: ¿qué puede decirse de alguien que como Valentí Puig describe toda situación, caótica o no caótica, de manera caótica?
Le colocaron donde, a buen seguro, más daño podía hacer. Dar vueltas al mundo abriendo embajadas de Cataluña fue sin duda el sueño del Carallot (Botarate) durante muchos años. Y ahí está. Imagino que ésa es una de las tantas actividades ilegítimas y contrarias a la Constitución de 1978 que vienen practicando impunemente los separatistas catalanes. Lo más que les puede pasar es que les obliguen a cambiar el nombre, pero seguirán en la jugada. Como los de la ETA. Se llamarán delegaciones, no embajadas, pero guardarán el rótulo, los rótulos para más adelante: Ambaixada de Catalunya. Y los membretes, que ya están hechos.
Retazos de una conversación telefónica. «Jordi, seguro, vamos bien, estos panolis no se enteran». «Ahora lo que hay que hacer es avisar a los vascones para que tiren unos cuantos petardos y distraerlos». «La semana que viene te llamo y te digo algo». «Y a propósito, ¿cómo está lo del Estatuto?» «Mira, que digan lo que quieran, todo lo que hay que hacer es controlar al Tribunal ese, el Constitucional, o como se llame. Sí, la mitad más uno, comprar y vender, y eso ya está hecho; me lo ha asegurado Jordi, sí, el Ben Gurión, que de eso sabe un rato, Acuérdate de Banca Catalana, engañó a todos los jueces y se quedó con el dinero». «Una abraçada molt fort de tu amigo, que te quiere y te traiciona, Jaume Cullereta i Parasols».
Pregunta ingenua e intempestiva: si cada una de las diecisiete Autonomías abre diecisiete embajadas con sus correspondientes embajadores, ¿cuántas embajadas y cuántos embajadores en el extranjero tendrá España?
Nota
Recuerda que al número total de embajadas tendrás que añadir las de España y al número total de embajadores tendrás que añadir los españoles.
A estas alturas de nuestra derrota, entendida en la acepción que se quiera, puede y acaso debe decirse que España está financiando simultáneamente su destrucción y la formación de varias naciones-estado independientes. Una de ellas, a mi modo de ver la más peligrosa en atención a sus medios y a la actividad de sus avanzadillas, es Cataluña. Ya ahora, Cataluña cuenta con una Administración propia y blindada, sí, blindada, con dimensiones, presupuestos y competencias propias de una auténtica Admistración estatal. Tanto es así que desde hace tiempo se permite la libertad de malversar dinero español en programas como el destinado a eliminar nuestro idioma no sólo de todo el ámbito escolar y universitario sino también de la Generalidad y su vastísima zona de influencia. En eso llevan trabajando más de treinta años. Aun así, causa horror leer que la Generalidad de los Montillas y los carallots Carods se gastan cada año 1,2 millones de euros en promover las selecciones deportivas catalanas. Y hay que decir de una vez por todas que si es cierto, como dicen algunos, que Cataluña entrega a España más de lo que recibe, infinitamente más cierto es que aquí, en Cataluña, quienes realmente trabajan son los que han llegado de fuera, pues los catalanes de vena y mena son en su inmensa mayoría funcionarios de la Generalidad y sus infinitas ramificaciones. En esto la historia se repite, concretamente la historia del colonialismo europeo en los siglos XIX y XX. Unos, a trabajar; otros, a dirigir.
Tres preguntas ingenuas s e intempestivas
¿Sabe el Gobierno español en qué gasta la Generalidad el dinero que recibe de la Administración central?
¿Es o no es delictivo que una Comunidad Autónoma gaste parte del dinero que recibe de la Administración central en promover sus selecciones deportivas?
¿Y si las diecisiete Comunidades Autónomas decidieran hacer lo mismo?
Hay o no hay causa suficiente para llevar ante los tribunales a la Administración del Estado y a la Generalidad de Cataluña por este hecho, que, a mi modo de ver, constituye una clara y reiterada malversación de caudales públicos?
El topo del parque del buen Retiro, el Talp del parc del bon Recés, sigue con su labor, espiar e intrigar. En eso, y en destilar veneno, es todo un artista. Un artista, en definitiva, de la letra menuda y la puñalada envuelta en una sonrisa o en un halago, o en una sonrisa y un halago juntos y a la vez. Del mariposeo al floreo y del floreo a la traición. Para eso está ahí, en la capital de los carpetovetones. Ahora dice que habría que barcelonizar Madrid. Lo otro, lo que piensa, no se atreve a decirlo, de momento, pero lo sabemos todos. Ya lo soltará. Enric Jualiana, padre de la criatura, decía no hace mucho que las cosas había que hacerlas con inteligencia, y no hace falta preguntar qué es la inteligencia para un hijo de la perfidia púnica.
Dos preguntas ingenuas e intempestivas
¿Por qué recurre Enric Juliana, Talp del parc del bon Recés, miembro del lobby fenicio y corresponsal extranjero en los Madriles, a la sinécdoque eufemística «hay que barcelonizar Madrid» cuando lo que piensa, y tarde o temprano dirá, es que hay que catalanizar España?
¿No sería más correcto decir que hay que españolizar España, Cataluña incluida?
A estas alturas de la historia, con treinta años por medio, es fácil decir que el régimen de Franco era ilegítimo y, por lo tanto, que también lo era todo lo que hizo. Tres consideraciones intempestivas.
Primera. Los pueblos hacen a sus dictadores, no los dictadores a sus pueblos. Los alemanes en cuanto pueblo hicieron a Hitler y lo erigieron en su Führer, no al revés. Los alemanes en cuanto pueblo existían, existen y existirán, antes de Hitler, con Hitler y después de Hitler. De acuerdo con los documentos históricos, en los momentos triunfales del nacionalsocialismo el noventa y nueve por ciento de la población alemana lo apoyaba con fervor y entusiasmo.
Segunda. Aunque Franco se hizo con el poder por la fuerza de las armas, durante cuarenta años, hasta el día después de su muerte, contó con el apoyo no sólo tácito sino también expreso y en la mayoría de casos incluso ostentoso y entusiasta de españoles y no españoles. Ese sería el retrato real y fidedigno de lo que fuimos y de lo que somos, de lo que no fuimos y de lo que no somos. Como hijo de un obrero socialista y huérfano de guerra, debo decir que nunca vi que alguien se manifestara, ni siquiera veladamente, contrario al régimen de Franco. ¿Opresión o cobardía? Personalmente considero que los regímenes políticos, incluidas las llamadas dictaduras, se mantienen básicamente gracias a la cobardía y el espíritu servil de las personas. Que ahora Rodríguez Zapatero venga a erigirse en ejemplo de valentía y lealtad me parece no sólo un insulto sino incluso una provocación, dadas las cualidades que le adornan y desadornan como persona.
Tercera. Actualmente, en Cataluña hay dos comunidades sociolingüísticas, algo que los políticos catalanes/catalanistas se cuidan muy mucho de ocultar: una comunidad de lengua española que representa aproximadamente el cincuenta y cinco por ciento de la población, y una comunidad de lengua catalana que representa el cuarenta y cinco por ciento restante. A pesar de ese hecho objetivo y a pesar de que teóricamente España es un Estado de derecho con un régimen democrático, los representantes de la comunidad de lengua catalana --repetimos, el cuarenta y cinco por ciento de la población-- copan todas las instituciones de la Administración autonómica empezando por su Parlamento. En el Parlamento de Cataluña, la comunidad de lengua española, equivalente al cincuenta y cinco por ciento de la población, no tiene ni siquiera una representación, digamos, mínimamente simbólica, pues el hecho es que no tiene representación por la sencilla razón de que, a efectos prácticos, no existe. En consecuencia, las leyes aprobadas y promulgadas por el Parlamento de Cataluña no son ni democráticas ni legítimas ni representativas, toda vez que han sido elaboradas, promovidas y aprobadas por los representantes de la comunidad de lengua catalana no ya sin tener en cuenta los derechos de la comunidad de lengua española sino abiertamente en contra de ellos y de ésta. Deshacer esa situación en todo lo que tiene de ilegítima —sí, de ilegítima, fraudulenta, antidemocrática y dictatorial— es claramente responsabilidad de nuestro actual jefe de Gobierno. Yo estoy convencido de que el pueblo español y concretamente la comunidad de lengua y sentimientos españoles de Cataluña van a recordárselo y exigírselo. ¿Acaso preferirá tener que comparecer ante la magistratura para dar cuenta de su complicidad en este monstruoso fraude de ley que anula y desvirtúa tanto la Constitución de 1978 como el Estado de derecho? A mi modo de ver, ahí están la memoria histórica y la responsabilidad actual.
Pregunta ingenua e intempestiva: ¿qué pasará el día en el que el Tribunal Constiticional declare, y tiene que declararlo, que todas las leyes del Parlamento de Cataluña son ilegítimas?
Pajaro bobo no vio íntegramente ni el programa de Zapatero ni el de Rajoy. Sólo un par de minutos de cada uno de ellos. En su opinión, este tipo de programas constituye un avance, al menos en el ámbito de la democracia escenificada y, por lo tanto, controlada. Algo es algo. Por lo que ha oído y lo que ha leído, Pájaro bobo ha llegado a la conclusión de que los comparecientes-concursantes estuvieron a la altura de lo que se esperaba de ellos. Uno mostró su sonrisa de Mona Lisa; otro, su cordialidad de hombre sin complejos. Pájaro bobo ha dicho muchas veces que no le gusta Zapatero por la sencilla razón de que ni cree en él ni confía en él. Todos los políticos que han tenido tratos con Zapatero, desde los separatistas vascos hasta los separatistas catalanes, pasando por los representantes de la Meseta castellana, han terminado diciendo que el subsodicho los engañó. Buena carta de presentación para un gobernante español y un hombre de izquierdas. Pero él sigue sonriendo. Mariano Rajoy, como persona, no le cae mal. El hombre vive e interpreta su papel con dignidad, sin apuntes ni papeles a mano. Pájaro bobo cree en él porque cree que es sincero. En este caso, sus limitaciones son una garantía. Una garantía de que no va a hacer como Zapatero o como Pujol ben Gurión: engañarlos a todos y quedarse con el botín. Y si a estas alturas ya sabemos cuál es el botín que persigue Pujol ben Gurión, no podemos decir lo mismo del botín anhelado por nuestro actual jefe de Gobierno. Aunque, a decir verdad, Pájaro bobo se lo huele y se lo teme.
En el Reality show político que comentamos, Zapatero, concursante número uno, falló una pregunta; Rajoy, concursante número dos, falló igualmente una pregunta. El primero erró al decir el precio de un café en un establecimiento público; el segundo no supo contestar y no contestó cuando una buena señora le preguntó cuánto ganaba o cuánto gana un auxiliar administrativo. Empate técnico.
Evidentemente, ninguno de ellos tiene la picardia (no picardía) del ex honorable fenicio, autor de una fórmula mágica e infalible para salir de apuros: «Eso no toca». Repito, algo es algo.
La señora que puso en evidencia a Rajoy llevaba su consulta preparada y preparida. Era una señora; a buen seguro, una buena señora.
Dos preguntas ingenuas e intempestivas
¿Se enterarán algún día nuestros políticos de lo que vale un peine gracias los programas televisados en vivo y en directo?
¿Nos enterararemos algún día los españoles de cuál es el botín que Zapatero sigue ocultando y persiguiendo?
«Es tanta la espesura del pasado y tan dinámica la reconversión del presente que a cualquiera que no padezca alguna patología política no puede dejar de sorprenderle en uno u otro sentido el escenario actual de la política española».
¿Puede decirnos alguien qué significan las palabras que anteceden? Como pista, Pájaro bobo puede aducir que con ellas inicia Valentí Puig, conocido en esta página como el Golafre de las Pitiusas, su meritísima colaboración Lo aguantamos todo en el ABC de hoy, día 19 de abril. Si alguien lo consigue o, mejor aún, si alguien resiste la prueba sin conseguirlo, probablemente se alegrará cuando llegue al fin del montón de palabras y lea: «... un país que lo aguanta todo, lo puede conseguir todo». Aquí lo único que tendrá que hacer es dejar el polaco y pensar y decir en español: «una persona que lo aguanta todo, puede conseguirlo todo».
Aclaración lógico-gramatical
De acuerdo con lo que Pájaro bobo sabe, en polaco funcionan perfectamente las concatenaciones de oraciones negativas, pero en español, no; y, además, son innecesarias.