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La industria de Pájaro bobo

Zapatero y Chacón, delincuentes

Más allá de las bromas de mal gusto

En opinión de Pájaro bobo, el hecho de poner a Celestino Corbacho al frente del Ministerio de Trabajo podría ser, simplemente, una treta o incluso una broma de mal gusto, pues, al margen de aptitudes y saberes, el extremeño no es ni un traidor ni un quintacolumnista; es simplemente alguien a quien se coloca ahí para que haga bulto con la consigna de que no abra la boca. Pero en el contexto actual, con el bolchevique Montilla intrigando constantemente desde el otro lado de la empalizada o, por mejor decir, desde la orilla izquierda del Ebro, siempre controlado, vigilado y azuzado por Pujol ben Gurión, Sumo Sacerdote del Sanedrín catalán, esa treta o broma de mal gusto alcanza rango de temeridad y provocación inadmisibles. En definitiva, dejar una parte de la actividad de los españoles en manos de un analfabeto funcional es un delito que pesa sobre el contratante y el contratado. Y, en opinión de Pájaro bobo, lo que este último debería haber hecho, y aún debería hacer, es renunciar al cargo por incompetencia manifiesta.
Infinitamente más grave e inadmisible es poner a una separatista militante y confesa al frente de los Ejércitos de Tierra, Mar y Aire. A la vista de tamaña monstruosidad, Pájaro bobo le preguntaría a su contratante: «Dime, vil zapatero, ¿qué has visto y qué no has visto en esa persona para confiarle el cargo?» Como en el caso de Corbacho, la militara (así llamaban en Plasencia a toda esposa de militar años ha) no debería haber aceptado el cargo y ahora, una vez aceptado, debería renunciar a él si tuviera un mínimo de dignidad y sentido de la coherencia ideológica, aunque la verdad es que los separatistas catalanes, practicantes de la doctrina fáctica contenida en su dicho peix al cove
(traducción libre: ya lo tengo en el garlito), nunca se distinguieron por su dignidad y por su orgullo. Con esa escenificación, Zapatero, al frente de un Consejo de Ministros con visos de gineceo, y la militara Chacón, tras su doble traición (a sí misma y a los españoles), han alcanzado niveles de indignidad inaceptables y claramente punibles.
Pregunta ingenua e intempestiva: ¿tiene que ver el nombramiento de la Chacón como ministra de Indefensa con esa operación de acuerdo con la cual los separatistas catalanes se comprometen a apoyar a Marruecos en su reividicación de las ciudades de Ceuta y Melilla, amén de isla Perejil, si a cambio Maruecos apoya a Catalunya para que sea reconocida como Estado soberano por éste y otros países árabes?

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